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Y ha quedado muy bien. Utilizamos sobres del tamaño del tamaño de una tarjeta de visita en los que pegamos etiquetas con los números correspondientes a los 25 días de adviento. Los colgamos en un baker's twine, ese cordoncito blanco y rojo que vale para todo, con unas mini pinzas y ya está.
Pero me dí cuenta que le faltaba algo, que había que adornarlo de alguna manera, y recordé las estrellas que había visto en el blog de Kate, y me puse manos a la obra.
Son muuuy fáciles, muy muy fáciles. Y el resultado es impresionante. Un poco de paciencia, un papel bonito y ya está.
Primero preparé la plantilla. En el blog de Kate lo explican genial trigonométricamente hablando, pero yo no encontré ni compás ni transportador de ángulos (que juro que tengo, pero ¿dónde?), así que lo tuve de hacer a mano alzada y tardé un poco más en conseguir todas las puntas de la misma medida, pero mi amor propio fue superior y voilá, lo conseguí. Es importante dibujar las uniones entre todos los lados porque nos ayudará a la hora de doblar.
Después doblamos por todos los ángulos y vértices y vamos consiguiendo el efecto 3D. Les pegamos un cordoncito por la parte trasera... y ya está
Yo me decidí por las de 6 puntas, pero podéis hacerlas de 5 puntas o estrellas de nieve.
Bueno, creo que es el primer post en el que cuelgo fotos hechas por mí (todas, menos la primera, son mías). Me he propuesto inmortalizar todo o casi todo lo que haga (creativamente hablando...) para exponer mis propias manualidades. Mis fotos seguro que no son tan geniales como las que se ven en otros blogs, pero son mías... y eso es importante, ¿no?
Espero que os gusten y os animéis a llenar vuestras casas de estrellas.
Por cierto, nosotros hacemos un calendario de adviento un poco particular. En nuestra casa no hay regalos en cada uno de los casilleros, sino que cada día viene un duende y deja un regalo o un detalle o una nota o lo que sea. Y si no ha sido un buen día y se han portado rematadamente mal, el duende no viene... aunque al día siguiente deja algo en los dos días. Me encanta la emoción con la que se levantan o vienen del colegio (no siempre viene el duende a la misma hora) locos a buscar si ha venido o no el duende.
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